El ventilador se esforzaba por repartir aire fresco, pero la piel de Anselmo estaba completamente húmeda por el sudor.-
La almohada mojada y la sábana arrugada, apenas cubriendo sus dos pies daban cuenta que no alcanzaba ningún ventilador para apaciguar el calor que reinaba adentro de la habitación, mientras afuera, la lluvia arremolinaba el vapor caliente del asfalto.-
Las siete de la mañana de un día que quedaría grabado para siempre en la memoria del joven periodista, comenzaba de la peor manera.-
-Puta, tendría que haber conseguido algo con aire acondicionado- Murmuró mientras miraba el cielorraso con los brazos abiertos hacia los costados, tratando de absorber hasta los más mínimos vestigios del viento que infructuosamente trataba de salir de las aspas del viejo artefacto colgado muy alto, casi tocando el techo.-
¿Como hacen para sobrevivir los que viven acá? pensó mientras sus ojos recorrían algunas manchas de humedad que lentamente pero sin pausa se iban abriendo camino con el tiempo, descascarando el revoque.-
La alarma del reloj pulsera, comenzó a desgranar sus primeros monótonos y molestos acordes, pero el joven ya estaba despierto desde hacía bastante tiempo.-
La mente le había jugado en contra esa noche y el sueño brilló por su ausencia, haciendo que el descanso nocturno se mezcle con la sobredosis de adrenalina que le producía la idea de encontrarse con el hombre más importante de toda la ciudad.-
Casi no había podido cerrar los ojos.- En su cabeza le bailoteaban las palabras que debería utilizar para comenzar la nota, pero ninguna se acercaba a lo que muchacho esperaba y enseguida eran desechadas.-
Se sentó en la cama.-
Miró hacia atrás y sobre la sábana estaba su imagen, grotescamente dibujada en sudor.-
Apoyó los pies en el piso de madera machihembrada, bastante sucio y lentamente se puso de pié.-
-Me voy a apurar para agarrar algún baño antes que me lo ocupen- Pensó mientras tomaba una toalla y el jabón.-
Se cubrió con el toallón anudado en la cintura.- Descalzo y con el torso desnudo, caminó hacia uno de los baños, con la intención de darse una refrescante ducha de agua fría.-
La tormenta había descargado su furia durante toda la noche y el ambiente estaba bastante más fresco, aunque adentro de la habitación no se notaba.-
Anselmo culminó con la rutina del baño y rápidamente ganó la calle con un pequeño bolso en la mano conteniendo la computadora, la cámara de fotos, celular, grabador y todas las notas que estuvo haciendo desde que llegó.-
No supo porque, pero una sensación extraña le rondaba por su cabeza y decidió poner todo a buen resguardo.-
Cuando llegó al bar de siempre, Lucio estaba sacando agua hacia la calle con un secador de mano.- Los pantalones arremangados hasta las rodillas, descalzo y la camisa desabrochada, daban una impresión que iba desde la lástima hasta la risa.-
Lo vio entrar a Anselmo y sonrió.-
-Jua, jua……se nos inundó el rancho y encima se nos cortó la lu’.- No tenemo’ máquina de café, así que por esta mañana no te voy a pode’ atender- Le dijo alegremente mientras seguía sacando agua.-
Anselmo lo miró con un gesto risueño, casi complaciente y se le acercó con el bolso en la mano.-
-No importa Lucio, pero necesito que me hagas un gran favor-
-Caballero a uste’ cualquier cosa-
-¿Me podés guardar este bolsito en algún lugar hasta que yo vuelva?
-En la piecita-
-Adonde quieras- Le dijo Anselmo estirando la mano.-
Lucio agarró el bolso con una sonrisa.-
-No te via’ preguntar que tiene….pero está pesado!
-Son los detalles clasificados de la Nasa sobre actividad extraterrestre en Santiago- Le dijo Anselmo guiñando un ojo.-
-Jua, jua…..se lo vendemo’ al Espilberg para que haga una película y nos llenamo’ de guita….nos llenamo’-
-Dejalo pibe, está en buenas manos- Acotó Lucio con una seriedad inusitada.-
Anselmo sonrió, le palmeó el hombro y se fue en busca del auto.-
Varias nubes muy cerradas y oscuras, presagiaban que la tormenta no había concluido.-
Desayunó en un bar céntrico intentando armar el rompecabezas de ideas que tenía desde el primer día que llegó.-
Cerca de las diez, mientras una suave llovizna comenzaba a mojar nuevamente el pavimento.- Una vez más, subió al auto y sin mucho apuro, desando el camino hacia la casa del Patrón Soto.- Dejó el vehículo en la calle y caminó los escasos metros que faltaban para llegar al portón.-
Se paró frente a él, pero justo antes que pueda tocar el timbre, escuchó una voz poco amable por el portero eléctrico.-
¿No tiene auto?
-Si, pero lo dejé estacionado y…….-
-Vaya a buscarlo y entre- le interrumpió la voz.-
Anselmo se sonrió algo nervioso y volvió hasta donde había dejado el coche.-
Cuando subió la carga de pensamientos le provocaron un agudo dolor en la cabeza.-
Cerró los ojos.-
¡Que lo parió! Gimió apoyando la frente sobre las manos en el volante del auto.-
Todo lo que estaba pasando, lo hizo dudar por unos instantes y hasta se cuestionó la necesidad de ingresar a verlo al poderoso personaje o directamente volverse con alguna historia inventada y salvar las apariencias………y el cuero.-
¡¡¡Puta, soy periodista carajo!!!
Arrancó el auto y enfiló lentamente hacia la entrada mientras iba repasando con la vista el alto cerco de una vegetación por demás de exuberante y en su cabeza, saltaban sin piedad las preguntas que debía hacerle al Patrón Soto.-
Apuntó hacia el portón y sin previo aviso, se abrió casi sin apuro, con la tranquilidad de una ciudad acostumbrada a vivir a un ritmo calmo.-
¡Abrete sésamo!- Bromeó en voz alta mientras ingresaba a paso de hombre.-
Unos metros más adelante, una barrera de hierro, muy gruesa, detuvo su andar.- Miró por el espejo lateral y se dio cuenta que ya habían cerrado el portón, no había vuelta atrás.-
Desde una casilla bastante grande, aparecieron dos hombre con cara de pocos amigos.-
-Bájese- Le ordenaron.-
Anselmo no discutió y descendió despacio sin quitarles la vista de encima.-
Los dos hombres se tiraron sobre el coche, abrieron las puertas, el baúl, el capot y lo revisaron meticulosamente.-
Luego de unos minutos, autorizaron al muchacho a subir nuevamente, entonces, desde la ventanilla baja, los miró, sonrió burlonamente y les dijo:
¿La radiografía queda para la salida?
Ninguno de los dos le contestó ni le sonrió y enseguida abrieron la barrera.-
Arrancó con un gesto de burla en el rostro y siguió el único camino entre medio de enormes árboles.- Desde donde estaba, no se divisaba la propiedad hasta después de un par de curvas.-
Era una casa sencilla, muy grande, construida en una sola planta, de un color naranja envejecido por el tiempo o simplemente mal pintado, con molduras y aberturas pintadas color verde manzana.-
¡¡¡ Un asco!!! Se dijo a sí mismo cuando la vio.-
-Tanta guita y tiene esta porquería-
Alrededor, un jardín muy mal cuidado, lleno de plantas, árboles……..y yuyos.-
-Falta Tarzán….esto es una selva!
Típica construcción de campo, una galería muy amplia, de baldosas rojas, perfectamente acomodadas y brillosas, en el medio dos sillones hamacas y barandas que la separaban del resto del terreno, hechas de troncos de árboles, sin pintar.-
Trataba de memorizar cada detalle para poder describirlo cuando tenga que enviar los informes al diario.-
Se bajó del auto y caminó por un sendero de lajas con abundante yuyal entre medio de cada una de ellas y una fuente sin agua, despintada y en aparente abandono, con dos angelitos abrazados, se encontraba al costado de la escalera de cuatro peldaños que lo depositaría adentro de la galería.-
-Por Dios, que mal gusto para todo….cuanto descuido….plata al pedo nada más-
Caminó sobre lajas negras, perfectamente acomodadas y lustrosas, dos sillones hamacas, colgaban con gruesas cadenas desde los tirantes de madera del techo, a cada lado de la puerta, ocupando casi todo el ancho de la galería, llegó a lo que parecía la puerta principal, con las manos en los bolsillos, se detuvo mirándola de arriba hacia abajo, tratando de demostrar una fingida tranquilidad, mientras los nervios lo carcomían sin piedad.-
¡¡¡PASE!!!
Un grito fue todo lo que pudo escuchar desde afuera y despacio, apoyó su mano en el picarporte de bronce y con un suave chirrido, la puerta se abrió.-
Entró mirando cada cosa que había en la sala, tratando de memorizar absolutamente cada detalle, a falta de grabador o de cámara fotográfica, debería confiar plenamente en su memoria.-
El lugar era muy grande, en un extremo, una chimenea de generosas dimensiones, todavía guardaba cenizas y un par de troncos a medio quemar, del invierno pasado; un juego de sillones de impecable cuero blanco la rodeaba a unos dos metros de distancia.-
En el medio del ambiente, otro juego de sillones de distintas características, uno muy grande, de cuero color rojo, gastado de viejo, con bordes de madera y terminaciones color dorado y otros dos, más pequeños, color verde, tapizados en pana, también muy gastados.-
En uno de los extremos del sillón más grande, recostado entre el respaldo y el apoyabrazos, un hombre obeso lo miraba y se reía sin disimulo.-
Cara redonda, de orejas casi sepultadas adentro de la papada y con un cuello descomunal, que parecía la continuación de la cabeza, pelo enrulado, mejillas coloradas y llenas de pecas, los pantalones hasta las rodillas dejaban ver sus desnudas piernas, gordas, casi deformes, tratando de entrar en un par de zapatillas de primera marca, sin cordones y a punto de estallar.-
-Mierda…..cada pierna es un Anselmo-
Pensó el muchacho tratando de contener la risa.-
De su enorme cuello, colgaban dos cadenas muy gruesas, que sin disimulo, mostraban su peso en oro; un anillo en cada dedo y varias pulseras del mismo metal precioso, junto a un reloj muy caro, permitían dar cuenta que se trataba de una persona muy adinerada y por demás de ridícula.-
Del otro sillón, que le daba la espalda a Anselmo, se levantó quien en definitiva sería su anfitrión.-
El Patrón Soto.-
Sesenta y tantos años, extremadamente flaco, la cara angulosa y arrugada, se veía brutalmente tostada, probablemente por efectos del sol, o de alguna cama solar, pero le daba marco imponente a sus dos grandes ojos verdes, de mirada penetrante y serena.- El cabello, de un tono bastante claro, aunque no era rubio, largo hasta debajo de los hombros, remataba en una cola de caballo por detrás de su cabeza y un piercing de oro le atravesaba su ceja izquierda.-
Dos tatuajes en el antebrazo izquierdo estaban tapados parcialmente por una camisa de colores extremadamente fuertes, rojos verdes y amarillos, tipo guayabera caribeña, con la imagen de un gran tucán que le llenaba casi toda la parte delantera.- El pantalón, muy ceñido al cuerpo, mostraba claramente sus piernas delgadas y casi torcidas y para rematar, las mismas botas tejanas del día del choque, llenas de flecos, de cuero notoriamente gastado por el uso.-
-Viejo ridículo_
Pensó mientras esbozaba una sonrisa fingida al extenderle la mano.-
-Veo que tienen mucha seguridad-
Exclamó el muchacho para romper el hielo mientras estrechaba la mano del Patrón.-
-Son tiempos complicados-
Le contestó el pelilargo sesentón mientras con el dedo extendido de su otra mano le indicaba el sillón adonde debía sentarse.-
¿Es de la Capital?
-Si, me enviaron del diario a hacer una nota para…….-
-Sí, todo eso ya lo sabemos-
Interrumpió el gordo con una sonrisa.-
-Ah, perdone mi falta de educación, no los presenté, el señor es el juez penal de Santiago-
Señaló el Patrón a modo de presentación.-Anselmo movió la cabeza y le devolvió la sonrisa.-
-Un gusto….mi nombre es Anselmo Nuñez y…….-
-Sí, eso ya lo sabemos-
Volvió a responder el gordo con una enorme sonrisa de plástico y agregó:
-Ahora, nos gustaría saber a que vino, y por favor, diga la verdad-
-Ya le dije……-
-No……..no nos entendemos, usted no vino hasta acá para ver si los santiagueños nos cagamos de calor, eso ya lo saben, no hace falta hacerse el viajecito…….usted vino a investigar otra cosa-
-No…..mire….yo…..-
-Por favor, no perdamos el tiempo-
Recriminó el Patrón y mientras apoyaba sus manos en las rodillas, adelantó su cuerpo hasta sentarse al borde del sillón.-
-Mire joven, sabemos que usted está acá por el tema de la prostituta que murió-
Le dijo sin tapujos mirándolo a los ojos casi sin pestañar.-
-Bueno, esa es una de las notas que debía lograr y………-
¿Entonces, por qué no vamos directamente al grano y nos dejamos de joder?
Le dijo el gordo y la sonrisa se le desdibujó dejando entrever una profunda mueca de molestia.-
-A ver pibe…….vos querés saber qué fue lo que pasó……….y yo te lo voy a contar-
El tono del Patrón, fue muy cordial per firme.-
-Era una puta que trabajaba en uno de mis quilombos, se metió en algún embrollo con uno de sos tipos que se encamaba y la pasaron a mejor vida.- No tenía familia conocida, nadie la reclama y a nadie le interesa…….en definitiva, es una pobre prostituta menos…….¿queda claro?-
Anselmo se envalentonó, porque la voz, el tono y la postura del tipo lo hicieron enojar, apoyó sus dos manos en los apoyabrazos del sillón, enderezó el cuerpo, miró al Patrón fijamente y le dijo:
-Mire……a mi diario le interesa, sino no me hubiesen enviado, y ahora que veo claramente con la clase de personas con la que estoy tratando, a decir verdad, me está comenzando a interesar a mí también.-
Largó todo de golpe, casi sin pensarlo y se volvió a sentar cómodamente en el sillón a la espera de la respuesta, mirando puntualmente los gestos de los dos hombres, tratando de descifrar si estaban nerviosos.-
El Patrón lo miró al juez y luego de unos segundos, los dos se rieron a carcajada limpia.-
-¡Ja, ja, ja……. Tenés huevos pibe, mirá que venir a decirme eso y con ese tonito adentro de mi casa………… hay que tener coraje……..vas a ser un buen periodista.- Mirá, nosotros estamos en este laburo hace más de cuarenta años, tenemos veinte “casas de citas” o lo que en otras palabras……… “prostíbulos” o si lo querés mejor….”quilombos”.- Estamos en cuatro provincias distintas y contratamos más de 150 mujeres que el único pecado que tienen es hacerle pasar un buen rato a un montón de hombres que de otra manera no tendrían adonde ir, muchos de ellos, bien casados y con buenas familias, pero insatisfechos a la hora de disfrutar un rato placentero.- Las minas se llevan el cincuenta por ciento de lo que recaudan y si quieren alojarse en la misma casa, dejan un diez por ciento más en concepto de vivienda, lo que les deja mensualmente una guita que no lo lograría ni siquiera una secretaria ejecutiva de alto nivel.- Tienen seguridad, asistencia médica, morfi, higiene y las puertas están abiertas para que se vayan cuando se les antoje, en definitiva, ni están sometidas, ni son esclavas……¿quedó claro?-
¿Y como las consiguen?
-Debajo de cualquier piedra……en este hermoso país, hay una gran cantidad de personas que literalmente se están cagando de hambre, la miseria los doblega y les pone cada día un cuchillo en el cuello.- Con nosotros tienen todo, ropa, alimentos, joda, guita…..mucha guita…..lo que quieran.- Es un trabajo como cualquier otro, solo tienen que hacer felices a los tipos que ellas quieran, después de todo, se dice que este es el trabajo más antiguo que existe….¿no?-
Se cruzaron una sonrisa con el gordo.-
¿Y por qué pasó esto?
-Porque siempre hay algún boludo que cree enamorarse de alguna de las minas y le dan ataques de celos-
¿No será que metió la nariz adonde no debía?
-No sé, tal vez se enganchó con alguno medio “pesado”, le descubrió algún chanchullo y la pasaron a mejor vida, eso no lo vamos a saber nunca, pero, todo eso pasó afuera de nuestra empresa, cuando la mina había decidido retirarse, así que no nos corresponde preguntar que fue lo que pasó…..no nos interesa.-
El gordo se enderezó con bastante esfuerzo, frunció el entrecejo y preguntó:
¿Por qué le interesa a un diario de primera línea, lo que le pasó a una puta insignificante de Santiago?
Anselmo, un poco exacerbado por la situación y sin medir palabras, mirándolo detenidamente, contestó con otro pregunta:
¿Ustedes contratan menores?
El silencio se pudo cortar con una tijera, los dos hombres se miraron , pero el Patrón, que llevaba la voz principal y era el más sereno, le respondió con una sonrisa.-
-En este negocio, hay de todo, pero todas nuestras “casas” están legalmente autorizadas en cada provincia.- Es claro que yo no puedo estar en todas partes a la vez, por lo tanto, como entenderás, tengo personal, que se encarga de contratar a las mujeres.- Seguramente, si alguna vez alguno de ellos contrató una menor, hoy está de patitas en la calle………no, nosotros no utilizamos menores, no nos gustan los despelotes, en este laburo tenés que mantener el perfil muy bajo, no estamos para esas pelotudeces.-
Anselmo lo miró tratando de develar algún gesto que lo traicione, pero el hombre esta muy tranquilo.-
El gordo acomodó su enorme cuerpo en el sillón mientras esperaba una respuesta del muchacho con cara bastante seria, la sonrisa se le había borrado del rostro.-
Pero entonces, pasó lo inesperado, dos gotas de sudor le corrieron por la frente…..se había puesto nervioso y Anselmo se dio cuenta.-
¿Por qué la seguridad?
-Como te imaginás, en este ambiente, se mueve mucha guita y aunque la tenemos toda invertida en nuestras “propiedades” y en otros “negocios”, nunca falta algún boludo que se crea que en esta casa va a encontrar plata y se meta sin que lo inviten-
-Usted dice que es todo legal, pero en este ambiente siempre hay coimas-
-Querido, las coimas existen desde que se creó el mundo.- Si el mismo gobierno entrega coimas para que en senado o en diputados, alguien levante la mano a favor de alguna ley, o para que algún funcionario firme algún papel, te podés imaginar que en este ambiente de mierda, también hay coimas-
-Entonces…..no todo es legal-
-Si….nene…..es todo legal, pero las coimas dejan tranquilas a muchas personas de de otras maneras nos volverían locos con boludeces, son las reglas del juego…..pero quedate tranquilo, que no hay nada “ilegal”.-
La cara del patrón mostraba por primera vez, cierta tensión.-
Anselmo apuró otra pregunta imaginando que en cualquier momento se terminaría la conversación, pero antes de lograrlo, una puerta se abrió lentamente.-
Todos giraron la mirada hacia ella.-
El rostro de una criatura de unos diez u once años, se enmarcó en la puerta entreabierta.-
¡Pasá princesa!
Le dijo el Patrón haciendo un gesto con la mano y una enorme sonrisa se le dibujó en la cara.-
La nena se acercó despacio, casi midiendo casa paso que daba.- De cabello muy rubio, largo y ojos verdes, caminaba suavemente con los pies descalzos.- El vestido impecablemente blanco le llegaba a las rodillas.-
Tímidamente se le acercó al patrón y se sentó en al apoyabrazos del sillón.-
El hombre la tomó por la cintura mirándola dulcemente a la carita.-
Una mirada fulminante, de asco y rencor, fue dirigida por la pequeña hacia el hombre gordo que la miraba descaradamente con los ojos muy abiertos.-
El Patrón lo miró al muchacho con una sonrisa.-
-Es mi sobrinita, los papás estás pasando por un problema de pareja debido a un tema económico y me la dejaron por un tiempo hasta que puedan recomponer sus cosas-
La nena lo miró sin sonreír y enseguida volvió a bajar la mirada al piso-
-Hola-
Saludó Anselmo con amabilidad.-
-Hola-
Le contestó la pequeña sin levantar la mirada del piso.-
-Parece triste-
-No es para menos, ella prefiere mil veces estar con los papás, en su casa y no con el tío viejo, además, acá no tiene ninguna amiguita de su edad, pero cuando todo se arregle, va a volver a la normalidad.-
Contestó en Patrón con una sonrisa mientras le miraba la carita desconsolada de la nena y con la mano derecha le hacía caricias en la espalda.-
El gordo se había enderezado y no le quitaba la vista de encima, se sonreía y refregaba sus manos con ansiedad, respirando con algo de agitación.-
La nena le dirigió la vista de soslayo y enseguida le volvió hacia el piso.-
-Bueno, preciosa, salude y vaya que después vamos a ir todos a divertirnos un rato.-
La criatura saludó al muchacho, sin siquiera mirar el gordo, y se fue caminando muy despacio, girando la cabeza cada tanto para mirarlo al joven.-
-Pobre nena, se nota que está muy triste-
-No es para menos, lo papás no pueden mantenerla y encima el problema económico los puso al borde del divorcio, a pesar que yo los ayudo económicamente, pero igual, insistieron que la traiga un tiempito para acá, así al menos ella podía escaparle un poco a la miseria.- Pero los extraña, después de todo, son sus papás-
El hombre se paró dando por terminada la entrevista y lo mismo hizo Anselmo.- El gordo ni se movió.-
Los dos estrecharon las manos.-
-Espero haber evacuado todas sus inquietudes-
Le dijo el Patrón y lo acompañó hasta la puerta.-
Anselmo volvió a cruzar la galería y al mirar hacia un costado, alcanzó a ver un garaje con el Mercedes del hombre y a otro vehículo de una marca difícil de reconocer, al lado, una ventana grande, con la cortina entreabierta mostraba la carita triste de la nena mirándolo detenidamente.-
Anselmo la saludó con la mano y ella le respondió con gran timidez, luego desapareció.-
Eran las doce y media y el muchacho estacionaba su auto en la puerta del hotel.-
Todo había terminado, haría el informe y si en el diario quedaban conformes, se volvería a casa.-
-Antes de ir a comer me voy a lavar un poco- pensó mientras caminaba hacia su habitación.-
La puerta estaba sin llave.-
-Que boludo, dejé abierto-
Pero cuando entró, la sorpresa y el asombro lo dejaron congelado.- Todo estaba revuelto, los ojos muy abiertos del muchacho no daban crédito a lo que estaba mirando.- Esa sensación que tuvo antes de irse y sacar las cosas más importantes, se había transformado en realidad.-
En el piso, bien a la vista, estaba la tarjeta del cajero automático y toda la plata desparramada……no faltaba nada.- El mensaje era claro…..no era un robo, estaban buscando otra cosa.-
Enseguida el asombro se transformó en miedo.-
Dejó todo tal como lo encontró y salió apurado hacia lo de Lucio.- Estaba muy nervioso y asustado, era evidente que había tocado algún tema que molestaba y no se daba cuenta que era.-
Mientras salía del hotel, las ideas le llegaban por doquier.-
¿Sería por el tema de la sueca?
¿O tal vez por lo de las coimas?
¿O por las menores de edad?
No había de ser muy inteligente para darse cuenta que en todo esto, estaba la mano del patrón y que seguramente se había montado en un tema que le molestó.-
Ganó la calle y comenzó a caminar rápido, pero sin saber porqué, en un instante, se sintió observado y giró la cabeza hacia atrás, sin detener su marcha…..entonces los vio.-
El mismo auto negro con vidrios polarizados al que se subiera el hombre el día anterior, estaba detenido en la otra esquina.- No tuvo dudas, lo estaban siguiendo y redujo su marcha para poder pensar mejor.-
No quiso que lo relacionaran con Lucio, porque sabrían adonde había escondido las cosas, además colocaría al hombre en una situación comprometida y hasta peligrosa- Siguió caminando paro dobló en la esquina y apuró el paso hasta comenzar a jadear mientras volvía constantemente su mirada hacia atrás.- Volvió a doblar en la esquina siguiente y así hasta dar vuelta totalmente a la manzana y llegar al punto adonde viera el auto estacionado.-
No estaba….se había ido.-
-Puta….habrá sido casualidad- se dijo a sí mismo.-
Se detuvo muy agitado, pero cuando se dio vuelta, vio que el vehículo estaba parado en la esquina anterior.-
-Maldición, esto es serio, me están siguiendo…..pensá Anselmo….pensá-
Repitió varias veces mientras se apoyaba en la pared.-
La primera reacción que tuvo fue subirse a un taxi y tratar de desaparecer, pero la desechó de plano, porque entendió que sería imposible, igualmente lo seguirían y tarde o temprano debería volver al hotel.-
Pensó en correr hasta la comisaría más próxima, pero las palabras de Lucio le bombardearon la cabeza…..” está arreglado con la poli”…..le había dicho.-
Casi diez minutos estuvo quieto tratando de tranquilizarse, esperando que la agitación que le hacía bailotear el corazón a un ritmo de locos, comenzara a calmarse.-
Se sintió solo y desamparado, pero no podía acudir a nadie.-
-Puta, están allí y no hacen nada….no son boludos, ya saben que me di cuenta; no quieren nada mío, quieren asustarme para que me vaya y deje de hacer preguntas.- Si me rajo, tarde o temprano me enganchan de nuevo…..tengo que pensar fríamente-
Se dijo casi en voz alta mientras miraba sin disimulo al vehículo estacionado a casi una cuadra de distancia.-
-Ye sé, les voy a devolver las atenciones con su misma jugada, seguro que esta no se la esperan- pensó y sonrió mientras el corazón saltaba descontrolado.-
-Si es que no me agarra un ataque antes- añadió tocándose el pecho con las dos manos.-
Miró detenidamente al auto, se enderezó con aire triunfal, se acomodó la ropa y comenzó a caminar directamente hacia él.-
Cientos de ideas le llenaron la cabeza mientras desandaba los casi cien metros que lo separaban de lo desconocido.-
El vehículo no se movió.-
El muchacho esbozó una enorme sonrisa imaginando que lo miraban desde adentro, mientras se acercaba intentando ocultar los nervios y el susto que ya había ganado todo su cuerpo.-
Cuando estuvo a su lado, apoyó la mano izquierda en el borde del techo y se inclinó hacia la ventanilla, los vidrios eran muy oscuros y no se veía nada, pero entonces, pasó lo inimaginable, la ventanilla del acompañante se abrió dejando ver a los dos hombres que estaban en su interior.-
En el volante, estaba el mismo gordo que manejaba el Mercedes el día del choque y al lado el tipo que lo había esperado en el restaurante el día anterior.-
El corazón de Anselmo quería salirse de su cuerpo, pero intentó no demostrar esos nervios que lo estaban matando.-
¡¡¡ Hola chicos!!!
Les dijo con una enorme sonrisa.-
El hombre que estaba en el asiento del acompañante, miraba hacia adelante y se le notó un inequívoco gesto de molestia.-
-Les aviso que quedaron tres camisas colgadas en el ropero y dos calzoncillos en uno de los cajones.-
Miró el reloj casi con indiferencia y acotó:
-Ahora me voy a almorzar y pienso tardar….no sé….por lo menos una hora, así que pueden volver tranquilos y terminar el trabajo…..no hay porqué apurarse.-
Se enderezó con aire triunfal y acotó:
-Ah y díganle al Patrón que le voy a llevar la factura de la lavandería por las cosas que me ensuciaron-
Se rió mientras permanecía parado al lado del auto.-
La ventanilla se cerró y el coche arrancó raudamente con rumbo “casi” desconocido.-
Sintió que las piernas se le aflojaban, se arrimó a la pared, sentándose en el umbral de la puerta de una casa y respiró muy profundo, completamente alterado.-
-No vuelven más- se dijo en voz alta mientras miraba el camino por donde había desaparecido el auto.-
Le frente se le llenó de sudor frío y sintió un nudo en el estómago.-
-No estos no vuelven, pero yo me muero en cualquier momento- culminó mientras apoyaba las manos en el pecho tratado de frenar el corazón desbocado.-
Mientras esperaba que el cuerpo baje las revoluciones, pensó en ir a lo de Lucio, pero enseguida desistió de la idea, si por casualidad todavía pensaban en seguirlo pondría en peligro la integridad física del hombre y seguramente perdería toda la información que tenía guardada, era sumamente necesario que envíe todo lo más rápido posible al diario, pero debía hacerlo con la mayor discreción, aunque todavía no se le ocurría como poder llevarlo a cabo.-
-Me tranquilizo y me voy a morfar- se dijo a sí mismo en voz alta.-
Casi veinte minutos después, se levantó y comenzó a caminar hacia e centro de la ciudad.-
Se sentó en el mismo restaurante del día anterior y comió algo sencillo, despacio, tratando de asimilar lo que le había pasado.- El nudo en su estómago no aflojaba.-
Una hora después, emprendió el regreso.-
Se acercaba al hotel y el corazón volvió a cabalgar sin control, pero se tranquilizó cuando entró a la pieza y encontró el mismo desorden que había dejado.-
-No volvieron-……suspiró y se acostó sobre la cama desecha.-
Un par de golpes en la puerta lo hicieron saltar del susto.-
-Hola- le dijo el encargado sin entrar, pero mirando el lío.-
¿Te robaron algo?
-No, pero estuvieron a punto-
-Son los hombres del patrón- dijo el encargado sin quitar la vista de las cosas desparramadas por el piso.-
¿Los viste entrar?
-No, pero siempre hacen lo mismo con los que husmean en sus cosas, aunque tengo entendido que algunos no tuvieron tanta suerte-
-Si, ya me doy cuenta…..vine a hacer una nota y se ve que algo le molestó, pero no hay problema, porque ya logré lo que quería y pasado mañana me voy-
-Sí, es mejor, porque el tipo es peligroso y te puede pasar cualquier cosa- acotó el encargado.-
¿Te ayudo? Dijo señalando las cosas tiradas.-
-No gracias……dejá, yo me encargo- le contestó Anselmo y volvió a acostarse cuando el hombre se fue.-
Los nervios lo vencieron y cuando se despertó, estaba totalmente transpirado y ya pasaban de las cinco de la tarde.-
Una llovizna finita comenzaba a caer suavemente, pero había refrescado un poco y eso era bastante bueno, abrió la ventana de la habitación y respiró muy profundo tratando de acaparar todo el aire fresco de la tarde.-
Se sentó en la cama, todavía con el sopor del sueño profundo y lentamente comenzó a acomodar…..pero lo que más trabajo le dio, fue acomodar sus ideas.-
Casi una hora después, había terminado y una sonrisa le iluminó el rostro……al fin se le había ocurrido algo.-
Se sentó en la mesita y escribió a mano, casi la mitad de una hoja.-
Cuando se hizo la noche, se cambió de ropa y caminó despacio hasta lo de Lucio mirando cada dos metros para todos lados, pero no alcanzó a ver a nadie sospechoso.-
Entró al bar y el curda lo saludó apenas lo vió.-
¿Vos sos el porteño? Le preguntó arrastrando las palabras.-
¿Si…por?
-No….por nada….solo quería saber- dijo y se bajó la mitad del vino tinto que tenía en el vaso de un solo sorbo.-
Anselmo se sentó y enseguida llegó Lucio con una sonrisa.-
-¿Viste? Lo hicimo’ vivir y ahora habla- dijo señalando al curda.-
-Lucio- interrumpió Anselmo.-
-Poné la mejor cara de boludo que tengás, andá a la cocina a leer esto y por favor, cuando vuelvas hacelo con una sonrisa, como si no pasara nada.-
-Epa….ta’ misterioso el joven-
El muchacho le alcanzó la carta disimuladamente y Lucio se fue enseguida.- Al cabo de unos minutos, volvió con el infaltable “sanguche de mila y la pesi”.-
En la cara tenía marcada una sonrisa muy mezclada con nervios.-
-Que quilombo- acotó mientras le dejaba el plato sobre la mesa.-
-Escuchame bien Lucio ¿las chicas son de confianza?-
-Y….son buenas piba’ las dos-
¿Son de confiar?
-Que se yo, en esta ciuda’ no confiaría ni en mi pobre viejita, que en pa’ descanse-
-Bueno, no hagas nada…..voy a esperar que vengan-
-Dale- dijo Lucio y se fue para la cocina.-
Casi una hora después, las mujeres entraron riendo.-
¡¡¡Hola precioso!!!
-Hola-
Las chicas se sentaron en una mesita aparte, pero Anselmo se levantó enseguida con su vaso en la mano y se dirigió directamente hacia ellas.-
-Lucio….una cerveza- gritó antes de sentarse.-
-Epa, el mozalbete está apurado y eso que todavía no llegó el “gué ken”-
¿Saben usar una computadora?
¿Nosotras?....ni en pedo…..eso es ciencia ficción- agregaron riéndose.-
-Perfecto, me tienen que hacer un favor, pero sin que nadie se entere, deben ser muy discretas-
-Ja ja….¿discretas nosotras? Te equivocaste de puerta, mirá como estamos vestidas-
Las dos se rieron con ganas.-
-No….no….no me entendieron, necesito un favor y no se lo tienen que decir a nadie-
-A bueno….así sí-
-Mañana es sábado y necesito que vayamos al hotel-
-¡Miralo al pendex, se entusiasmó!
-No…no, es decir….sí-
¿No o sí?
-No…pero sí-
¿Estás en pedo?
-No, escuchen, Lucio les va a dar un bolso, ustedes se lo van a llevar con mucho disimulo y mañana nos encontramos en el hotel……¿tiene wifi?
¿Lo qué?
-Si tiene conexión a internet-
-Ah….si…creo que sí- le contestaron mirándose entre las dos con una sonrisa.-
¿Pero para qué querés internet si vamos a estar meta y ponga?
-Ese es el tema, no les puedo explicar porque las voy a poner en peligro, pero no vamos a estar haciendo “eso”, necesito mandar al diario todo lo que investigué sobre el patrón en forma urgente y sin que nadie se entere…… ¿entendieron?-
-Ni un carajo-
-Me está siguiendo gente relacionada con ese tipo y buscan mi computadora para eliminar ciertas pruebas, pero si logro mandar todo al diario, se van a dejar de joder-
-Te metiste en un quilombo padre-
-Sí….y no sé a quien acudir.- Sé que ustedes son buenas personas y me van a ayudar-
¿Sos consciente que si nos descubren le vamos a hacer compañía a la sueca…..los tres juntitos?
-Sí, por eso necesito disimulo y privacidad-
Las chicas se miraron.- las sonrisas habían desaparecido y un gesto de incertidumbre y miedo llenaban sus rostros maltratados por la vida infame que llevaban.-
Una de ellas movió la cabeza afirmativamente.-
-Gracias chicas, les debo la vida- Les dijo y en una servilleta de papel, tomó nota de la dirección del hotel.-
-No nos debés nada, pero hacé una buena nota….que en todos lados se sepa lo que está pasando en Santiago-
-Denlo por hecho y ustedes me van a ayudar a escribirla-
Anselmo se levantó les dio un beso a cada una y se fue para no despertar sospechas mientras desde la puerta levantaba la mano saludando a Lucio.-
Chau Lucio, lo que pidan las chicas corre por mi cuenta….mañana te lo pago-
-No te hagás problema pibe…..cuidate-
¡CHAU! Se escuchó fuerte desde un rincón del bar.-
El curda levantó el vaso a modo de saludo y se lo empinó hasta encontrarle el fondo.-
Anselmo se rió y lo saludó.-
-Ta’ vivo……y habla- Gritó Lucio en el medio de una carcajada.-
La llovizna le mojó la cara al joven, pero no le importó, todo estaba comenzando a funcionar.-
La maraña de hilo mostraba una punta, solo había que comenzar a desenredarla.-